“Las cosas que posees terminan poseyéndote a ti”
Chuck Palahniuk
9.00: Hora de ordenar la casa. Medias tiradas por el piso, fichas del máncala. Los disfraces de purim que mis hijos usan como vestuario de teatro. Animalitos de plástico, un buzz lightyear manco. ¿De dónde salió todo esto?
Qué cosa las cosas.
Nos tienen atrapados. Tenemos de todo pero siempre necesitamos algo. Acumulamos y acumulamos stuff. Estamos sobrestufeados.
Restarle importancia a lo material, otra de mis ingeniosas propuestas para Elul. Sonaba muy bien. ¡Qué grandilocuente! ¡que desapegada! Si, la grandilocuente desapegada no sabía de lo que estaba hablando. Restarle importancia a lo material. ¿Cómo se hace? ¿Cómo despejar mi casa si estoy obligada a tener cinco juegos de platos?
12.00: Por un lado las querencias… quiero quiero y quiero -un mp3 a prueba de agua, unos lentes para no llorar al picar cebolla, un splash de durazno-. Cualquier verdura que venga en un packaging llamativo, o con una publicidad que prometa algo.
Y por otro lado aspiro a una vida mínima lista minimalista, quedarme con lo esencial y desprenderme del resto.
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14.00: Pongámonos de acuerdo: ser materialista tiene más que ver con la manera de relacionarse con las cosas que con tenerlas o no tenerlas. La vida espiritual y la riqueza no son excluyentes.
El problema no es cuánto tenemos sino cuánto de eso se necesitamos para sentirnos exitosos. O felices. O realizados. Cuánto nos identificamos con nuestras posesiones. Cuántas carencias creemos resolver con ocho pares de zapatos. Ser o tener, esa es la cuestión.
19.36: Encontré un ejercicio en el libro «Battle Plans» de la rabanit Tziporah Heller y Sara Yoheved Rigler que ayuda a encaminar el tema (plan 25: Elige espiritualidad sobre materialismo)
1. Definir tu objetivo en la vida. Ese objetivo tiene que ser espiritual e involucrar a tu alma y tu relación con Hashem. Tiene que ser algo eterno y trascendente, algo que siga teniendo valor aún cuando tus posesiones, tu familia y tu cuerpo haya desaparecido de esta tierra. Escríbelo.
2. Admite que no te puedes mover en dos direcciones opuestas. Tienes que elegir entre comprometerte para el progreso espiritual o comprometerte con el progreso material.
3. Elige.
22.55: O sea: si estoy yendo para un lado no estoy yendo para el otro. El objetivo tiene que ser espiritual y es él el que tiene que impulsar mis elecciones. Ya sea rezando en kever rachel o en mirando vidrieras de Zara.
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