En su libro «Building your self-image»el rab Pliskin explica que cada persona se construye según sus elecciones y que en cada momento de nuestras vidas tenemos la posibilidad de elegir cuáles serán nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras palabras y nuestros actos. Propone un ejercicio para mejorar el nivel de nuestras elecciones. Pensar constantemente en los cuatro fantásticos:

 Palabras fantásticas

Recuerdo muy bien la noche en la que me tomaron esa foto. Tenía doce años y se me ve escondiendo la cabeza entre mis brazos porque estaba llorando. Es una foto que me representa. Yo lloro por todo. Cuando me agarro el dedo con una puerta, lloro. Cuando el empelado de la municipalidad me trata mal, lloro. Cuando mi hijo se saca malas notas, lloro. No sé hablar. No sé ir y decir: me lastima cuando no respetás mis sentimientos. Yo voy y lloro. O grito. Sé gritar y sé llorar, o las dos cosas a la vez, pero mirar a los ojos y usar las palabras, no. En eso estoy en la misma etapa que mi hija: aprendiendo a hablar. Descubriendo el poder de las palabras. Ella está dejando de gritar «aaaaaah» y está tratando de decir «agua». Yo estoy esperando mi turno en el cajero automático cuando la persona delante de mí hace tres, cuatro, cinco transacciones. La veo poner una y otra vez la tarjeta y marcar el código mientras mi beba llora y el viejito con tanque de oxígeno está a punto de descomponerse del calor. Estoy indignada y siento que se me empiezan a llenar los ojos de lágrimas. No estoy segura de cuál es el protocolo de los cajeros automáticos, pero yo nunca haría eso. Yo dejaría pasar a las personas y volvería a hacer la cola. Elijo no llorar. Elijo no gritar. Elijo hablar y preguntarle a la señora si no le parece que debería dejarnos pasar. Me dice que no, que no le parece. El viejito me dice «no conseguiste nada». Conseguí mucho, le contesto.

 Pensamientos fantásticos

Las escaleras son eternas. ¿Por qué nos hacen caminar tanto? Ayer estuvimos al amanecer en Masada. ¿No era suficiente con esa escalada? No me interesa ir al muro. No entiendo por qué todos parecen emocionados. ¿A quién le van a rezar? A una pared. No, Ale, no voy a poner ningún papelito. Es incoherente. ¿Qué decís? ¿qué era esto? ¿lo que quedó del Templo? Si, es lindo, lo reconozco. También me gustó la Dizengof. Un poco de curiosidad tengo. ¿Quiénes son esas personas que rezan? No parecen turistas. ¿En qué creen? ¿y por qué ellos creen y yo no? ¿y por qué mi profesora de filosofía no hace nada con todas sus creencias? No sé nada y no me parece bien. Mi papá siempre dice que el judaísmo es una religión que permite preguntar. Así que yo me pregunto mucho: ¿Quién soy? ¿de dónde vengo? ¿a dónde voy? ¿para que sirve mi vida? Nunca pensé que quizá también existen las repuestas. Quizá hay gente que se toma la vida en serio y se compromete con sus certezas. ¿Dónde puedo averiguarlo? Algo tienen que ofrecer los milenios de sabiduría de mi pueblo. ¿Quién puede ayudarme? A ver, Ale ¿tenés una birome para prestarme?

Sentimientos fantásticos

Estamos sentadas con los ojos cerrados. Me da vergüenza, pero trato de superarla. Sólo espero que no nos hagan tomarnos de las manos, eso ya sería demasiado. –Concéntrense en la respiración -dice Sarah- relájense e imagínense que están en un lugar tranquilo, que les traiga paz. Seguro que la mayoría se fue al mar o a al bosque, pienso, la playa debe estar llena de gente visualizándose. –Recuerden un momento en el que se sintieron felices –continúa Sarah- revivan el momento.

Estoy en el medio de un lago. Es el lago Verde o el lago Puelo. No los distingo en el recuerdo porque los dos están rodeados de montañas. Junto coraje y meto la cabeza en el agua helada. Por lo menos ya no huelo a fogata ni a ceniza. Mientras la tarde se hunde por el muelle, yo tirito. Voy hacia la orilla nadando como un náufrago. Camino descalza sobre las piedras. Descubro que era así. Era eso sentirse viva.

Actos fantásticos

Cuando yo era chica, sacar la basura significaba ir hasta el cuartito al final del pasillo y tirar la bolsa en el incinerador. Desde que se descubrió el atroz efecto ambiental de ese sistema, lo que hay que hacer es ir hasta el mismo cuartito y dejar la bolsa allí para que Ramón la baje entre las ocho y nueve. En Israel, a falta de porteros, sacar la basura es un tanto más complicado porque los contenedores no siempre están cerca del edificio. Ese es un trabajo de hombres, las mujeres sólo nos encargamos de repetirles veinte veces que no se olviden de sacar la basura. Es un acto cotidiano y simple que no debería ocupar mis pensamientos. Sin embargo, pienso mucho en la basura. Me quedo mirando el vaso descartable  que se degradará dentro de mil años. La pila del reloj que contaminará el agua de un río. La revista barrial por la que talaron un árbol. ¿No sería un acto fantástico superar la pereza para transformar un acto insignificante en un acto amable? Separar la basura. Que la bolsa del supermercado, la botella de vino y la lata del choclo vuelvan a servir para algo. Claro que si. Sería fantástico.

13 respuestas a “Los cuatro fantásticos”

  1. TU SI QUE ERES FANTASTICA ,QUE CONTENTA ESTOY DE TENEROS DE VUELTA, Y OTRA VEZ A REFLEXIONAR ,TU ESCRITO ME DEJA PENSANDO CASI SIN SABER QUE DECIR ,PERO SABIENDO QUE ESTO ME TOCA ,QUE TIENE QUE VER CONMIGO Y LAS COSAS QUE ME SUCEDEN CADA DIA ,DE NUEVO GRACIAS ,LEAH

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    1. Leah ¡si nos miman tanto al regreso vamos a irnos más seguido! Tu cariño se siente «fantástico» 😀

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  2. Llego a tiempo. claro, conciso, conceptual, real,didactico y divertido.
    Gracias.

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    1. Vicky, ¿¡te pareció todo eso!? Tenés ain tová. Beso

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  3. Judilain!! todo eso pensabas cuando viniste a ese viaje a israel?? que genia!! yo no paraba de pensar: que olor a pata en todos lados (es q el guia turistica nos llevo a todas las mezquitas :). ya tabas bastante avanzada para ese entonces!!
    como te puede gustar tirarte al agua helada??!?! me mori de frio mientras te leia y me dio toz. y cuando vi lo del reciclaje pense…q buena idea. q fiaca. no, de verdad, es una buena idea, deberia hacerlo. y por ultimo gano: y a donde se tiran todas las bolsitas por separado?? si sabes, avisame. eso si, cada una se hace cargo de su bolsita 😉 pero con gusto voy contigo a tirarlas!
    buenisimo. as always.

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    1. Aialush ¡pero! ¿en qué país vivís? ¿cómo que no sabés en dónde se recicla? ¿qué pensás que son esas jaulas que hay en cada cuadra? ¿cárceles para botellas? 😀 Ahí podés tirar todas las botellas de plástico. En los contenedores verdes tirás los mil millones de folletos publicitarios y revistitas barriales que nos dejan en el correo. En los cubículos de ramat eshkol, cartón y las botellas de vidrio las podés dejar en el supermercado (y hasta te pagan 20 agurot, o algo así, por botella) Todavía no está organizado el tema de la basura orgánica e inorgánica, a menos que quieras hacerlo de forma casera. Leí que en Argentina las bolsas del supermercado son biodegradables y de distinto color para separar ahí la basura… acá todavía no vi nada de eso.
      TKM Besote

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  4. JUA!!! pero me tengo q ir hasta ramat eshkol?!?! x aca no vi ninguna carcel para botellas!! JAJJAJAJA es q ademas CUAAANTO tenes de cada cosa? si tenes q ponerte a separar las latitas, el plastico, las pilas, y todo eso, voy a tener 3284320 bolsas de basura x 25 dias!!! hace la cuenta!! puaj! la posta es tener esos jardines de USA con los 5 tachos.
    YTTKM 😉
    pero bueno, bli neder me pongo con las botellas, asi te voy a visitar cada 25 dias seguro 😉

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    1. ah para!! si tengo q reciclar todas esas revistitas, te voy a visitar cada media hora!

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  5. Me gustaron tanto Los Cuatro Fantásticos que procuraré agregarlos en mis favoritos.Gracias por presentármelos.
    Judi,,¡qué gran paso diste en ese cajero! Felicidades.

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    1. Ihitel, no sé a donde fue a parar mi respuesta… algo no funciona bien en el sistema.
      Te decía un montón de cosas que ya no recuerdo y te contaba que lo del cajero fue rarísimo…lo del viejito con oxígeno no me lo inventé. Era increíble ver como la señora seguía y seguía como si nada…
      De todos modos… gracias otra vez y shabat shalom

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      1. Si te creo Judi….cuando uno está decidido a cambiar Hashem envía oportunidades como la del cajero.

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  6. Judi,te busque y te extranie,me encanta leerte,me siento muy identifivada con tus cosas.Gracias!Renee Segal(mama de Ariana)

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    1. Renee ¡qué lindo saber que nos leés! Que te sientas identificada con lo que escribo es un halago para mí.
      Un beso.

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